sábado, 15 de septiembre de 2012

El darwinismo


La teoría de Darwin
El naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882) participó entre los
años 1831 y 1836 en una expedición científica, que a bordo del barco
Beagle dio la vuelta al mundo. Durante este tiempo, Darwin realizó
muchas observaciones que le sirvieron de fundamento para desarrollar su
teoría sobre la evolución de las especies.
Varias décadas después, en 1859, Darwin publicó la obra titulada El
origen de las especies, donde presentó sus conclusiones sobre la transformación
de las especies. Lo hizo al enterarse de que otro naturalista,
Alfred Russell Wallace (1823-1913), había llegado a la misma hipótesis.

En el archipiélago de las Galápagos, situado en el océano Pacífico,
Darwin observó que aunque la distancia entre las islas no era muy grande,
sus especies eran diferentes. Por ejemplo, observó catorce especies de pinzones,
alguna de las cuales vivía solamente en una de las islas, que estaban
adaptadas a distintos tipos de alimentación, También observó que en cada
isla habitaba una subespecie diferente de tortuga terrestre.
Darwin llegó a la conclusión de que la elevada biodiversidad de las
islas Galápagos se debía a la adaptación y al aislamiento geográfico. Las
adaptaciones a las condiciones ambientales peculiares de cada isla adquiridas
y transmitidas a los descendientes sería la causa de la progresiva diferenciación
de estos Al hallarse separadas en las distintas islas, se facilitaría
la diferenciación de los descendientes en distintas especies.


La lucha por la existencia y el actualismo

Darwin desarrolló su teoría teniendo en cuenta las ideas de Malthus
y de Lyell.
Para T. R. Malthus (1766-1834), el crecimiento de la población
humana es proporcionalmente superior al aumento de la producción
de alimentos. Esta situación obliga a los individuos a luchar
entre sí para conseguir los alimentos, es decir, a la lucha por la existencia.
Según Charles Lyell (1797-1875), los procesos geológicos del pasado
debían ser parecidos a los que acontecen en la actualidad. Serían
procesos muy lentos, sin grandes catástrofes y sin grandes extinciones.
Estas ideas se conocen como teoría del actualismo.


Según el darwinismo, el largo cuello de la jirafa se originó gracias a
que por alguna causa entonces desconocida, algunos individuos nacían
con el cuello más largo que otros. Durante las épocas en las que escaseaban
los recursos alimenticios, solo sobrevivían las jirafas que con su largo
cuello llegaban a alcanzar las hojas más elevadas. Al reproducirse transmitían
el carácter del cuello más alargado a los descendientes. Este proceso
se ha mantenido generación tras generación hasta la actualidad.


El impacto del darwinismo en la sociedad 

La publicación de la obra de Ch. Darwin El origen de las especies tuvo un gran impacto tanto en los científicos de su época,como en la sociedad en general.
Prueba de ello es que el libro se agotó el primer día de su publicación. Algunos científicos se mostraron favorables al darwinismo, como T. Huxley (1825-1895) que comentó:
«Qué extremadamente estúpido ha sido no haber pensado en ello».
Muchos científicos, sobre todo del campo de las ciencias físicas, se posicionaron en contra de la teoría de Darwin. También algunos teólogos se mostraron contrarios al darwinismo, sobre todo, después de que Darwin publicara en 1871 La descendencia del hombre y la selección en relación al sexo, donde defendía la aparición de la especie humana por evolución a partir de un antepasado común con los monos.



Las principales críticas desde el ámbito científico fueron:

Las nuevas características ventajosas propuestas por
Darwin se diluirían y desaparecerían en la descendencia.
Hay que tener presente que en aquella época se pensaba que las
características biológicas recibidas eran el resultado de una mezcla
de líquidos de origen materno y paterno.
La teoría de Darwin no explicaba cómo se originaba la
variabilidad de la descendencia; tampoco explicaba que si
las modificaciones eran pequeñas, la selección natural ni
las favorecería ni las perjudicaría.
Las causas de la variabilidad son las mutaciones y la recombinación
genética, pero para llegar a este conocimiento sería necesario
que se desarrollase la genética. Como Darwin no llegó a conocer
los trabajos de Mendel, debido a su escasa difusión, no supo
nunca el origen de la variabilidad de la descendencia y, por tanto,
no pudo responder a las críticas que le acusaban de no explicar
el origen de dicha variabilidad.

Una nueva especie no podía formarse en el mismo lugar
que viven sus progenitores.
Aunque Darwin sabía que el aislamiento entre las poblaciones podía
ser importante, no supo darse cuenta de que era imprescindible.
Si las nuevas características ventajosas eran pequeñas, no
había existido suficiente tiempo para que surgieran tantas
especies diferentes.
En aquella época se pensaba que la superficie fría de la Tierra solo
tenía entre 20 y 40 millones de años y Darwin no encontró pruebas
que demostraran que en realidad llevaba fría más de 3 500
millones de años.
A partir de 1900, la teoría darwinista sufrió un declive en su aceptación
debido al descubrimiento de las mutaciones, que pueden implicar
grandes cambios en poco tiempo y a algunas carencias; por ejemplo,
Darwin no supo explicar el origen de la variabilidad de la descendencia.






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